Al igual que algunas personas, hay naves espaciales que se despiden dando la nota. La misión soviética Kosmos 482, lanzada hace 53 años con el objetivo fallido de llegar a Venus, está a punto de protagonizar una de las reentradas atmosféricas más impredecibles de los últimos tiempos. La Agencia Espacial Europea la está siguiendo en directo.
La última predicción. Según la Oficina de Desechos Espaciales de la ESA, la cápsula caerá a la Tierra mañana, el sábado 10 de mayo de 2025, a las 08:16 UTC (10:12 en España). Aunque se ha venido reduciendo, la ventana de incertidumbre sigue siendo bastante amplia, con un error de +/- 8,61 horas.
Esto significa que el momento exacto y la ubicación aún pueden variar (por ahora solo las latitudes por encima y por debajo los 50º están descartadas), pero las predicciones van acotándose a medida que el objeto se acerca.
Una cápsula de la Guerra Fría. Lanzada el 31 de marzo de 1972, la nave Kosmos 482 era hermana gemela de la exitosa misión Venera 8, que sí logró posarse en Venus. Sin embargo, un fallo en la etapa superior del cohete Molniya que la transportaba impidió que escapara de la gravedad terrestre, dejándola en una órbita elíptica con la Tierra todo este tiempo.
Lo que hace especial este evento no es solo la longevidad de la cápsula, sino el hecho de que fuera construida para sobrevivir a las condiciones infernales de Venus: temperaturas superficiales de 464 °C, presiones de 100 atmósferas y aceleraciones de hasta 300 G.
Podría sobrevivir a la reentrada. Lo que queda de la nave, la cápsula de descenso de medio metro de diámetro y 495 kg, fue diseñado para soportar las condiciones extremas de la atmósfera venusiana, por lo que hay posibilidades de que llegue intacta a la superficie de la Tierra.
De sobrevivir, el impacto podría ocurrir a unos 240 km/h, con una energía cinética similar a la de un meteorito de 40-55 cm. La gran pregunta es si el sistema de paracaídas, después de 53 años y con baterías agotadas, podría funcionar. A vista de telescopio, el objeto parece estar dando tumbos.


Mapa de predicciones sobre la reentrada de la sonda soviética Kosmos 482. Imagen: ESA
Que no cunda el pánico. Teniendo en cuanta que la mayor parte del planeta es agua, el riesgo de que cause daños personales es «extremadamente remoto». Y la probabilidad de que alcance a una persona es aún menor, de 1 entre 100.000 millones, según la ESA. Por ponerlo en perspectiva, es unas 65.000 veces más probable ser alcanzado por un rayo
Además, al tratarse de un objeto que probablemente llegue como una sola pieza, los riesgos se concentran y por lo tanto son menores que los creados por la reentrada de un cohete, que dispersa múltiples objetos de tamaño métrico sobre un área grande.
Aprovechemos a hacer ciencia. La forma casi esférica y lisa de la Kosmos 482 la convierte en un objeto ideal para medir la densidad atmosférica en órbitas muy bajas. Cada vez que su órbita elíptica pasa por el perigeo (el punto más cercano a la Tierra), pierde altura debido al arrastre atmosférico.
Este «experimento accidental», que está siendo registrado en directo por la ESA, proporcionanará datos valiosos sobre este tipo de eventos hasta el momento mismo de la reentrada. Quizá una nave de la Guerra Fría nos enseñe alguna lección sobre cómo reducir el problema de la basura espacial.
Imágenes | ESA
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