Islandia va camino de convertirse en la primera nación que recibe energía solar desde el espacio, siempre que los ambiciosos planes de la compañía eléctrica Reykjavik Energy ocurran en los tiempos previstos.
Energía solar espacial para 2030. Reykjavik Energy (en islandés, Orkuveita Reykjavíkur) se ha asociado con la startup británica Space Solar y la iniciativa islandesa Transition Labs para instalar una planta de energía fotovoltaica en el espacio. El objetivo: abastecer a los islandeses con un flujo continuo de electricidad limpia a partir de 2030.
Este no es el único proyecto de energía solar espacial en desarrollo. Estados Unidos, la Agencia Espacial Europea o Japón persiguen el mismo objetivo. Pero Islandia es el primer país con planes de incorporar esta fuente ininterrumpida de energía renovable en su red eléctrica.
Cómo funcionará el sistema. Los satélites de Space Solar capturarán la luz del Sol directamente desde el espacio, donde los paneles solares no dependen de las condiciones meteorológicas, ni de que se haga de día.
Los satélites transmitirán la energía capturada en forma de ondas de radio de alta frecuencia a una estación terrestre, que la convertirá en electricidad libre de carbono para la red eléctrica de Reykjavik Energy. Además de Islandia, el proyecto menciona Canadá y el norte de Japón como posibles candidatos para instalar estaciones receptoras terrestres.
Cuánta electricidad va a generar. Los planes de Space Solar y Transition Labs son ambiciosos. Parten de una planta con capacidad de 30 megavatios, suficiente para abastecer de electricidad entre 1.500 y 3.000 hogares.
Si no te parece suficientemente ambicioso, la compañía espera ampliar el sistema a una escala de gigavatios para 2036, acelerando la transición no solo de Islandia, sino del mundo entero a un sector eléctrico neutro en carbono.
No sin antes resolver el gran desafío. La transmisión de energía. Hasta ahora, solo se ha logrado transmitir milivatios de potencia desde la órbita terrestre. Un proyecto de este tamaño necesitaría entregar miles de millones de veces eso, cuidando de que el haz nunca sea dañino para las personas o la vida silvestre.
Por no mencionar la infraestructura que haría falta para lanzar una planta solar del orden de gigavatios. Sería uno de los objetos más pesados del espacio, con una estructura que superaría en tamaño a la Estación Espacial Internacional. Harían falta decenas de lanzamientos. Aun así, el acuerdo con Reykjavik Energy es un voto de confianza para el futuro de la energía solar espacial.
Imagen | Space Solar
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