Hace tiempo que venimos buscando alternativas al hormigón de toda la vida. Si bien es un estupendo material que sirve para dar forma a edificios, carreteras y puentes, también es responsable de algunos problemas. La producción del cemento, el conglomerante utilizado en la mezcla del hormigón, es responsable de una colosal huella de carbono. Por si esto fuera poco, también consume grandes cantidades de agua.
La ambición de la humanidad por volver a la Luna está impulsando nuevas soluciones que buscan abordar las limitaciones de este material. Si queremos utilizar hormigón para levantar estructuras en el satélite de la Tierra tendremos que hacerlo sin agua, o con una mínima cantidad de este líquido. Y si conseguimos un avance de estas características podríamos aplicarlo también en las construcciones de nuestro planeta.
El camino hacia un hormigón sin agua
Crear un “hormigón” sin agua no es tarea fácil, pero los investigadores tienen varias propuestas sobre la mesa. Un equipo de la Universidad Estatal de Luisiana (LSU) está trabajando en un nuevo tipo de cemento basado en azufre. La idea es calentarlo hasta su fundición para preparar el material sin necesidad de agua. De hecho, el equipo mezcló recientemente su cemento con un compuesto que simulaba el suelo lunar.
Aquella prueba resultó ser exitosa. Utilizando una impresora 3D consiguieron crear paredes de hormigón. Los investigadores descubrieron, además, que esta nueva forma de construir llega acompañada de muchas otras ventajas. Las paredes pueden resistir un amplio espectro de temperaturas. Esta parece ser una buena ventaja para las misiones lunares donde la temperatura puede alcanzar los 121 ° C durante el día y caer a -133 ° C en la noche.
Queda por analizar cómo se comportarían estas construcciones en un entorno de menor gravedad que el que tenemos en nuestro planeta. La buena noticia es que el proyecto de LSU cuenta con el apoyo de la NASA. La tecnología será evaluada en los laboratorios del Centro Marshall de Vuelo Espacial, en Huntsville, Alabama. Sin embargo, la cantidad de pruebas que pueden realizarse en Tierra son limitadas.
Así lo reconoce Philip Metzger, físico planetario de la Universidad de Florida Central, en declaraciones a MIT Technology Review. «Cuando enviamos misiones a estos cuerpos planetarios para probar la tecnología utilizando el suelo real, es posible que descubramos que necesitamos mejorar aún más la tecnología para que funcione en ese entorno”, ha dicho el científico sobre el nuevo tipo de hormigón.
En cualquier caso, si esta tecnología sigue evolucionando y finalmente triunfa en el espacio, podría convertirse en una alternativa interesante para la construcción en la Tierra. Sabemos que consumir menos agua es una buena idea. Reemplazar este elemento por azufre podría ser una buena idea. Ahora bien, tendremos que esperar para saber si esta alternativa no llegaría con otros problemas asociados.
No hay reseñas todavía. Sé el primero en escribir una.