Me encanta el turrón. No estoy solo en esto ni en la redacción ni en el país, pero lo que me gusta es el turrón clásico. Que se quiten las moderneces de sabores exóticos, los turrones de jamón, de piruleta o de patatas fritas. Lo que quiero es turrón de almendra o, sobre todo, el de chocolate con frutos secos o arroz inflado.
El problema es que cada año me pasa lo mismo: compro varios y, como mucho, como una tableta, por lo que el resto queda para el año que viene… y ya no está igual. Este año he decidido que iba a hacer mi propio turrón por dos motivos: seleccionar los ingredientes y que, si tengo que comerme un turrón, que sea el mío.
He encontrado (y preparado) la receta perfecta para el turrón tipo Suchard. Te la voy a contar, pero tienes que tener algo claro: este turrón está riquísimo, pero cuesta un riñón.
Ingredientes simples. Estaba el otro día navegando en busca de la receta navideña perfecta cuando me encontré un vídeo de Fuego Loco. Es un canal que tiene recetas fáciles muy interesantes y una es la del turrón que me gusta: chocolate con arroz inflado. «Perfecto, me dije», por lo que fui a comprar los ingredientes:
- 200 gramos de chocolate negro.
- 200 gramos de chocolate con leche.
- 100 gramos de manteca, mantequilla o manteca de cacao.
- 100 gramos de arroz inflado.
Proceso más simple aún. En el vídeo, Santi lo explica de forma muy sencilla, y la elaboración no podría ser más simple:
- Viertes agua en una olla y, sobre ésta, colocas un cuenco. En él, ponemos tanto los 400 gramos de chocolate como la mantequilla (en mi caso, margarina). Encendemos el fuego y empezamos a remover hasta que se derrita la mezcla.
- En cuanto se haya derretido, apartamos el cuenco de la fuente de calor y añadimos el arroz inflado. Fuego Loco utiliza arroz inflado de chocolate, pero para intentar eliminar ese extra de azúcar, compré arroz inflado a secas, sin añadidos. Remueves un poco para mezclarlo todo y casi estaría.
- Pillamos un molde (el que sea, aquí sólo influye en la forma), forramos el molde con papel film con el objetivo de que el chocolate no se pegue a las paredes y sea más fácil desmoldar y lo llevamos al frigo.
- En unas tres horas lo sacamos, desmoldamos y podemos comerlo o guardarlo.
No es turrón para ahorrar. Está buenísimo. Esto es así y no me lo puede negar nadie. Además, es facilísimo y teniendo en cuenta los atascos en grandes ciudades, es más rápido que hagas este turrón en casa que ir a comprar uno al supermercado. Ahora bien, madre mía lo que cuesta hacer estas cosas.
La ventaja es que puedo elegir los ingredientes, pero en esta ocasión tampoco quería liarme la manta a la cabeza y comprar materia prima extravagante con cacao de orígenes concretos ni nada de esto: chocolate con azúcar y listo. El problema es que estamos metidos de lleno en una espiral inflacionaria del cacao y eso se está notando en el mercado. Mis ingredientes eran:
- Tableta Valor de chocolate negro de 200 gramos – 3,35 euros.
- Dos tabletas Valor de chocolate con leche de 100 gramos cada una – 5,58 euros.
- Arroz inflado – 1,99 euros la bolsa de 125 gramos.
¿Mi turrón? 10,82 (y eso que tenía la margarina ya en casa y que el chocolate negro es eso que venden con un 52% de cacao). ¿El precio de una tableta de Suchard? Apenas 3,99 euros. En mi defensa diré que la tableta de Suchard clásico es de 260 gramos y con la receta de Fuego Loco sale medio kilo de turrón, pero está claro que por precio no compensa. No es el chocolate de Dubai, pero casi.
La cata. Sobre el turrón casero, tengo que decir un par de cosas. La primera es que está espectacular. No es que sea un gran cocinero, es que el chocolate está bueno y el arroz inflado le da un punto. La segunda es que quizá es demasiada cantidad. Puedes reducir proporciones (sobre todo de arroz inflado) para que quede algo más ligero.
Es muy parecido al de Suchard o a cualquiera de este tipo, pero también algo más mazacote. No es empalagoso (o no me lo parece), pero el turrón comercial me parece, si bien más dulce, también más ligero a la hora de masticarlo. Y el crujiente de esos turrones comerciales también es algo más acentuado que el del mío. Ahí puede ser por mi arroz, pero no afecta al sabor en absoluto.
Que no se pase el arroz. Aunque el mío estaba rico, en el proceso me di cuenta de algo: el arroz inflado que compré no estaba tan crujiente como opciones más comerciales (las de cereales azucarados de arroz inflado, vaya). No me molesta porque el sabor me gusta, pero si quieres esa mordida crujiente, mejor con arroz inflado crujiente o azucarado.
Prioridades. Lo bueno de esto es que puedes ponerte lo exquisito que quieras. Mis chocolates, como era para hacer la prueba, no son nada del otro mundo y no son ni los más caros ni los más baratos. El chocolate con leche tiene más ingredientes de lo que me gustaría, pero así estás controlando perfectamente lo que te metes al cuerpo y evitas ingredientes que no desees.
Seguramente incumpliré eso de comer sólo una tableta porque, viendo el resultado con chocolates buenos, pero normalitos, en una semana me gustaría repetir el proceso con chocolates más selectos. Ahora bien, ahí sé que mi cartera va a llorar, pero Navidad es una vez al año.
Imágenes | Xataka
En Xataka | Una fiebre de 500 millones de euros: el plan de la industria del turrón para desestacionalizar su consumo
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