La madera está viviendo una nueva juventud. El material que fue clave en el pasado, ahora está arrasando en los laboratorios debido a una búsqueda incesante por sacarle más jugo. Así, estamos viendo madera transgénica para jubilar al hormigón, madera que atrapa CO2 y se hace más fuerte, madera transparente que podríamos usar en ventanas y un accidente de laboratorio que absorbe más del 99% de la luz.
Una de las últimas modificaciones que hemos hecho en la madera es conseguir que brille. Y es algo que permitirá aprovechar más este material y usarlo de forma más eficiente.
Madera luminosa. Sus responsables son los investigadores del Empa (el Swiss Federal Laboratories for Materials Science and Technology) quienes, buscando dar más usos a la madera de los bosques caducifolios que se están plantando en Suiza aparte del que tiene como combustible, han dado con una idea: ¿y si creamos madera que brille en la oscuridad?
Hongos al rescate. Francis Schwarze es un biotecnólogo que ha estado a cargo del proyecto gracias a su conocimiento sobre los seres vivos que permiten esto: los hongos. Concretamente, el hongo de miel sin anillo (o Desarmillaria tabescens) que es una plaga para la madera. Se trata de uno de los más de 70 hongos bioluminiscentes y la base del experimento. Ahora, sólo había que encontrar la madera correcta para poder hacer la unión, y Schwarze se decantó, tras varias pruebas, por la madera de balsa (la Ochroma pyramidale).
Se trata de una madera con una densidad baja y, cuando cruzaron el hongo con la madera, observaron que el hongo degradaba la lignina de la madera (una especie de «cemento» que une las fibras de celulosa en la madera). Sin embargo, la celulosa, que es el principal componente estructural de la madera, permaneció intacta.
Brilla. Si esa hibridación se incuba durante tres meses en un ambiente húmedo, el resultado es una reacción enzimática en la madera que entra en acción cuando el material entra en contacto con el aire. Emite una luz verde durante unos diez días con una longitud de onda de 560 nanómetros y una de las investigadoras, Giorgia Giovannini, afirma que están «optimizando los parámetros para aumentar aún más la luminosidad».
Para… ¿qué? Giovannini es investigadora del departamento de Membranas y Textiles Biométricos, por lo que nos da una pista de para qué se podría utilizar esta madera bioluminiscente. Además, el Empa también apunta a industrias como la de los muebles o la de la joyería.
Otros experimentos. Esta madera luminiscente no es lo único en lo que investigadores del Empa han estado trabajando estos últimos años. Un ejemplo es la madera impermeable creada a través de la unión entre madera y polímeros. Lo que hicieron fue rellenar los microscópicos huecos entre las células de la madera con elementos plásticos, de manera que el agua no pueda permear en el material, haciendo que sea ideal para, por ejemplo, muebles de un cuarto de baño.
Otro es la madera magnética. De forma similar al procedimiento con la madera impermeable, un equipo de Empa logró introducir nanopartículas de óxido ferroso magnetizados para lograr que la madera se comporte como metal y un imán. Sus aplicaciones son muy concretas (juguetes, muebles o accesorios para el interior de los coches), pero el equipo ya comentó que había fabricantes que estaban interesados en estos avances.
Así que, como podemos ver, hay quien se ha empeñado en dar nuevos usos a la madera, aunque sean aplicaciones tan específicas como joyería, juguetes o accesorios. Aunque la bioluminiscencia como tal es fascinante y ya se está experimentando en usos tan interesantes como… el de iluminar ciudades.
Imágenes | Empa
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