Decíamos con la presentación del Lamborghini Temerario que el último lanzamiento de la firma del toro confirmaba una tendencia: la hibridación de los superdeportivos nos pondría en la frontera (de partida) de los 1.000 CV de potencia.
Pero, ¿qué sucede cuando dejamos atrás la entrada a la gama de estas firmas de lujo y nos adentramos en esos vehículos que tienen el peso de pasar a la historia? Lo que sucede es que nos encontramos con joyas (o barbaridades) como el Ferrari F80.
La firma de Il Cavallino ha presentado su nuevo hipercoche, el encargado de dar continuidad a una familia que nació con el Ferrari GTO, F40, F50, Enzo y LaFerrari. Ahora, 11 años después del lanzamiento de este último (y ocho desde el LaFerrari Aperta), llega un Ferrari F80 que tiene la obligación de mantener viva una extirpe de auténticos supercoches.
Hasta los 1.000 CV y más allá
Este nuevo hipercoche recibe en lo estético el morro terminado en negro que ya vimos adelantado con el 12Cilindri, así como la cabina y la parte inferior de la carrocería. Su figura recuerda en parte al clásico F50, con una figura anchísima, muy baja y un alerón que cruza de lado a lado toda la trasera.
Dice Ferrari que el habitáculo está pensado por y para el conductor en «un efecto claramente perceptible de monoplaza» que ellos definen como una «arquitectura 1+», en clara referencia a que el copiloto es un mero acompañante y que redunda en la inspiración de las 24 Horas de Le Mans, tecnología que asegura la compañía que ha servido para influir en esta versión final del superdeportivo.
Recuerdan que el Ferrari 499P ha ganado ya en dos ocasiones Le Mans, por lo que la transferencia de lo allí aprendido era obligatorio: motor V6 turboalimanentado al que se suma un sistema híbrido con batería de 800 Voltios. El resultado es un propulsor de combustión de 900 CV con una potencia específica de 300 CV/l, la más alta en la historia para Ferrari.
La parte eléctrica suma los 300 CV restantes con «el primer motor eléctrico diseñado, probado y fabricado íntegramente por Ferrari en Maranello». Repite la configuración que ya vimos en el Lamborghini Revuelto: dos motores en el eje delantero y uno en el trasero.
En el eje delantero, se cuenta, por tanto, con dos motores, un inversor y un sistema de refrigeración. Esto permite activar la vectorización del par en el eje delantero, es decir, entregar la máxima potencia a una de las ruedas y que la otra no reciba nada de potencia, así el paso por curva es todavía más efectivo y rápido. El inversor actúa en los dos sentidos y puede arrancar una potencia total por eje de 210 kW para devolver electricidad a la batería.
A todo lo anterior se añade un convertidor CC/CC capaz de transformar la corriente continua en la tensión deseada. Esto permite manejar tres niveles de tensión: 800 V, 48 V y 12 V. En el primer caso se maneja así la batería de alto voltaje, la corriente continua de 48 V alimenta la suspensión activa y el e-turbo y la corriente de 12 V sirve para hacer funcionar las ECU y los elementos auxiliares.
Hay que sumar, además, el inversor del motor eléctrico de la parte trasera (MGU-K) que actúa como motor de arranque del motor de combustión interna, regenerador de la batería y refuerzo de la potencia en determinadas condiciones. Puede entregar hasta 60 kW y recuperar a una potencia máxima de 70 kW.
En cuanto a la batería, Ferrari asegura que utiliza «celdas de litio con una química derivada del mundo de la Fórmula 1, uso extensivo de fibra de carbono para la construcción de la carcasa monocasco y una metodología patentada de diseño y ensamblaje (cell-to-pack) que minimiza el peso y el volumen». Utiliza 204 células conectadas en serie y divididas equitativamente en 3 módulos, para una energía total de 2,3 kWh y una potencia máxima de 242 kW.
Lo que desecha Ferrari es un modo completamente eléctrico «porque no es el uso al que está destinado», aseguran. Es decir, tanto en los modos Hybrid, Performance y Quilify estará el motor de combustión encendido.
Como elemento especialmente curioso, el nuevo Ferrari F80 cuenta por primera vez con «Boost Optimisation, que identifica la pista o el circuito por el que está manejando el piloto y, en consecuencia, proporciona potencia extra en las zonas de la pista donde más se necesita». Para ello, se pedirá al conductor una primera vuelta de formación para que el coche reconozca las curvas y las rectas. En la vuelta lanzada, el coche habrá entendido dónde se necesita ese extra de potencia y lo entregará de forma automática.
¿En qué se traduce todo esto? Evidentemente, en unas prestaciones de infarto: 350 km/h de velocidad máxima, 0 a 100 km/h en 2,15 segundos y 0 a 200 km/h en 5,75 segundos. El nuevo Ferrari F80 apenas necesita 98 metros para alcanzar 200 km/h.
¿Precio? Si estás por hacerte con uno, de momento no se ha hecho público pero sí sabemos que estará limitado a 799 unidades. Unidades que, probablemente, ya estén adjudicadas, así que tenemos malas noticias en ese sentido.
Fotos | Ferrari
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