En un desierto de Nevada (Estados Unidos), donde se supone que no ocurre nada, se encuentra el Area 51. Sí, hablamos de ese lugar de acceso restringido en el que supuestamente las fuerzas armadas del país esconden a los aliens. Y a marcianada suena que Toyota, quien vendió en 2023 poco más de 100.000 coches eléctricos, coloque en el mercado 3,5 millones de este tipo en poco más de un lustro.
La compañía, de hecho, siempre se ha guardado las espaldas con sus promesas de producción de coches eléctricos y habla, claramente, de fabricar «lo que el consumidor pida». Con todo, la empresa nipona tiene claro que el coche eléctrico seguirá siendo una parte fundamental de su empresa y tiene un plan para ser diferencial.
Uno que pasa por el mismo esquema que al que ha apuntado Tesla en los últimos años.
Area 35, un número sobre el que gira todo
Si algo sabemos los aficionados al Real Madrid fútbol es que la cabeza más destacada es la única imprescindible. Porque en una empresa, poner todos los huevos en una sola cesta puede condenarte al fracaso. Diversificar tecnologías y productos es clave para seguir liderando. Todos los pilares siguen siendo importantes aunque no aglutinen el grueso de las compras.
Esto es lo que le sucede a Toyota. El año pasado, la compañía apenas vendió poco más de 100.000 unidades de sus coches eléctricos. Una cantidad irrisoria para el mayor fabricante de coches en todo el mundo, con un volumen de ventas que superó los 10 millones de vehículos vendidos el año pasado.
Pese a que sus primeros pasos con el coche eléctrico han sido erráticos y siguen sin confiar en que será la tecnología que acabe imponiéndose en el futuro, saben que están ante un tren que no deben dejar escapar y que, aunque no se pongan como locomotora de este tren, no quieren quedarse en el vagón de cola.
Para 2026 aspiran a producir diez veces más coches eléctricos que en 2023, alcanzando el millón de unidades. Es el primer paso para cumplir con el siguiente objetivo: 3,5 millones de coches eléctricos en 2030. Un plan para el que tendrán que cambiar su forma de trabajar y que es el corazón de Area 35.
Este proyecto, que recoge Automotive News pasa por renovar las plantas de fabricación de la compañía. Al contrario que compañías como Volkswagen, que construyeron fábricas exclusivamente para la producción de coches eléctricos y ahora tienen problemas para dar trabajo a sus empleados, Toyota aspira a mejorar la eficiencia de su suelo.
Concretamente, comprimiendo las instalaciones ya construidas en un 35% para aligerar el tiempo que se tarda en producir un coche eléctrico y liberar espacio dentro de la propia planta. Compactando las líneas de montaje se ahorran segundos por cada coche fabricado que, cuando hablamos de cientos de miles y de millones de unidades, es una clara ventaja competitiva.
De hecho, si algo nos sorprendió en nuestra visita a la Gigafactoría de Tesla en Alemania es que el espacio que ocupa la planta es muy reducido, en comparación al que tienen otros fabricantes tradicionales que montaron sus instalaciones décadas atrás.
La compañía de Elon Musk ha basado su crecimiento en el ahorro de costes y en unos tiempos de fabricación récords en la industria. Parte de esas ventajas competitivas aspiran a copiarlas en Toyota que, de nuevo, hablan de reducir las piezas de sus coches en un 35%, compartiendo elementos entre un mayor número de modelos en su gama.
Según la compañía, los primeros pasos de este proyecto Area 35 ya se han empezado a implementar en algunas plantas niponas, consiguiendo un aumento en la producción de 80.000 vehículos a finales de este año. Todo ello forma parte de, una vez más con los números, una estrategia para mejorar un 3,5% la rentabilidad del producto.
Foto | Toyota
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