En China se ha iniciado una nueva guerra abierta en el mundo del coche eléctrico, y no está en qué marca consigue mayor autonomía, una carga más eficiente o un precio más reducido. La nueva batalla se libra a más de 350 km/h sobre chasis de fibra de carbono y con misiles que vuelan bajo impulsados por más 1.300 CV.
China ha iniciado su contienda en el terreno de los superdeportivos eléctricos de muy altas prestaciones. Es una bomba de relojería cuya onda expansiva va a hacer temblar los cimientos (y sobre todo las ventas) de los fabricantes de superdeportivos de occidente.
La carrera ya ha empezado y no hay vuelta atrás
Lamborghini no fabricaría los supercoches que fabrica en la actualidad si, tras la ofensa de Enzo Ferrari, Ferrucio Lamborghini no se hubiera empecinado en mejorar las prestaciones los coches de su arrogante rival. Ni existiría el Ferrari F40 si no hubiera tenido enfrente al Porsche 959 como objetivo a superar, por poner solo unos ejemplos.
Algo similar está sucediendo en China donde, una serie de marcas que han aprendido (y muy bien) a fabricar coches eléctricos, ahora han dado un paso más allá. Su nuevo objetivo es disparar el rendimiento de sus componentes para meterse en el terreno de los superdeportivos de altas prestaciones que se están fabricando en Italia, EEUU o Japón.
Los primeros modelos de este segmento ya han comenzado a ver la luz y enseñan los dientes a los Lamborghini, Ferrari o McLaren en cuanto a altas prestaciones y, sobre todo, en cuanto a innovación tecnológica. Aunque no tengan interés en salir de China. De momento.
El tridente chino de los supercoches
BYD anunciaba la creación de una nueva marca, Yangwang, que se encargaría de diseñar y desarrollar sus coches de alta gama con modelos como el Yangwang U9, un superdeportivo salido de los lápices de Wolfgang Egger, un veterano diseñador curtido en Alfa Romeo, Seat, Audi y Lamborghini.
El Yangwang U9 es un superdeportivo eléctrico de 4,97 metros de largo, que viene equipado con cuatro motores eléctricos independientes que suman 1.305 CV generando un par de 1.680 Nm. Semejante empuje le permite acelerar de 0 a 100 km/h en sólo 2,36 segundos y, además, homologa una velocidad máxima de 309,19 kilómetros sobre el papel, aunque en pruebas de pista ha conseguido superar los 391,94 km/h, según publicaba Car and Driver.
Bastante más popular es el Xiaomi SU7 Ultra una versión ultravitaminada de su modelo base que ofrece la friolera de 1.548 CV y 1.770 Nm de par motor que catapultan a este supercoche de 0 a 100 km/h en 1,97 segundos, a 200 km/h en 5,87 segundos, y pone el listón muy alto con una velocidad punta de 350 km/h.
El tercer superdeportivo en la contienda nace de la unión de la tecnológica Baidu y el fabricante de coches eléctricos Geely, que siguiendo el ejemplo de BYD han lanzado la marca JiYue para desarrollar la división de hiperdeportivos eléctricos de altas prestaciones. Su primera propuesta: JiYue ROBO X EV
El ROBO X EVviene a superar los números del YangWang U9, reduciendo 600 kilos el peso de su rival e incrementando su potencia hasta los 1.850 CV. Según el fabricante, el ROBO X EV eso le permite acelerar de 0 a 100 km/h «en menos de 1,9 segundos». Es decir, recorta medio segundo el tiempo del Yangwang. La competencia está servida.
La onda expansiva
ROBO X EV vo el Xiaomi SU7 Ultra, es más que probable que ni el Yangwang ni el JiYue salgan de China y, si lo hacen, no será con la intención de competir en ventas como están haciendo con los utilitarios eléctricos.
Sin embargo, que China haya iniciado esta «carrera armamentística» a nivel interno será la semilla para que, en pocos años, su tecnología esté preparada para fabricar superdeportivos eléctricos de altas prestaciones que pondrán en apuros a los fabricantes occidentales. Ya lo han hecho con el mercado del coche eléctrico generalista, y pueden repetir la jugada con hiperdeportivos de 250.000 euros cargados hasta arriba de alta tecnología propia.
No obstante, la onda expansiva de la batalla de los hipercoches eléctricos chinos no solo se sentirá cuando estas marcas decidan traspasar las barreras de China. Si estas marcas consiguen conquistar a los cada vez más numerosos millonarios chinos, pueden arañar ventas locales a fabricantes occidentales como Ferrari, Porsche o Lamborghini.
Por poner en contexto lo que China significa para los fabricantes de supercoches, según el informe financiero de Porsche de 2023, China supone el 21% de las ventas de la marca, solo por detrás de Europa y Norteamérica. Según el informe financiero de Ferrari, China representa el 10,9% del total de ventas. Para Lamborghini, las ventas en China suponen el 8% del total.
El denominador común en todos ellos durante 2023 y 204 ha sido la progresiva caída en ventas de sus superdeportivos en Asia en general, y en China en particular. A medida que las marcas locales vayan presentando sus propuestas, el mercado de los superdeportivos eléctricos se volverá mucho más competitivo y sin necesidad de salir de China. Aunque antes tienen que convencer a los millonarios de que el coche eléctrico, aunque superdeportivo, es una alternativa al de combustión.
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Imagen | Xiaomi, Yangwang, JiYue
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