A finales de octubre Indonesia anunció la prohibición de la venta de todos los modelos del iPhone 16. El gobierno dejó claro en aquel momento que la decisión se debía a la falta de inversión por parte de Apple. La compañía se había comprometido a gastar poco más de 100 millones de dólares en academias de desarrolladores en 2023, pero finalmente el desembolso quedó bastante por debajo: unos 95 millones de dólares.
Para cualquier compañía, perder la posibilidad de comercializar su producto estrella en la mayor economía del sudeste asiático y la cuarta nación más poblada del mundo es un golpe difícil de asumir. Indonesia no es solo un mercado importante por su gran tamaño, sino también por su potencial de crecimiento en el sector tecnológico. Aparentemente por esta razón Apple tomó cartas en el asunto para intentar superar el problema.
Indonesia quiere que Apple invierta más
La firma de Cupertino construyó tres Apple Developer Academy en Indonesia (Batam, Jakarta, Surabaya) y tiene planeado poner en funcionamiento una cuarta academia el año próximo en Bali. En estas instalaciones los estudiantes pueden acceder a un plan de estudios completo y gratuito para perfeccionar sus habilidades de desarrollo en entornos Apple. Para el país esto es muy bueno, pero el Gobierno también quiere fábricas.
Con el objetivo de abordar la prohibición, la tecnológica liderada por Tim Cook hizo una propuesta más jugosa: se comprometió a invertir 100 millones de dólares, según Bloomberg. Eso sí, no trascendieron los detalles de la inversión, pero anteriormente la compañía planeaba abrir una fábrica de accesorios y componentes en Bandung. Es importante señalar que Apple no tiene fábrica alguna en Indonesia (tampoco se han abierto Apple Store).
La oferta de nueves cifras no fue suficiente. Como señala la agencia de noticias Xinhua, el Gobierno de Indonesia solicitó a Apple una inversión de 1.000 millones de dólares para levantar el veto del iPhone 16. Pero eso no es todo. El ministro de Inversiones del país señaló que no se trataría de una inversión total, sino solo de la primera etapa. Se trata de una cantidad de dinero 10 veces mayor a la ofrecida por Apple para destrabar el conflicto.
El mensaje de Indonesia suena fuerte y claro: quieren que Apple ayude a impulsar su economía. Para sorpresa de algunos, la firma de la manzana parece dispuesta a hacer tal inversión con tal volver al mercado indonesio. Tendremos que esperar para saber si finalmente estas negociaciones llegan a buen puerto. En tal caso, el fabricante del iPhone podría abrir su propia fábrica como ya lo han hecho Samsung y Xiaomi.
La cruzada de Indonesia contra la falta de inversión de las tecnológicas va más allá de Apple. El Gobierno también ha desafiado a Google. Literalmente ha utilizado la misma estrategia: o aumenta su inversión en el país o no puede vender sus móviles. Por esta razón desde hace aproximadamente un mes el Pixel no puede comercializarse en el país, y no está claro cuándo podría volver a la normalidad esta situación.
Estos movimientos están respaldados por una normativa que establece que ciertos productos deben contar con un certificado de Nivel de Componente Nacional (TKDN). El TKDN es un índice del porcentaje de componentes nacionales utilizados en la producción. Los dispositivos móviles de Apple y Google deben alcanzar un 40% en la mencionada métrica. Ahora bien, hay muchas vías para cumplir con estos requisitos.
Las compañías que no fabrican sus productos en Indonesia suelen tener acuerdos con proveedores locales en alguna parte de su cadena de suministro. Contratar mano de obra local de manera directa también aumenta el porcentaje de TKDN. Más allá de esto, como decimos, el gobierno busca en última instancia que los gigantes tecnológicos establezcan factorías regionales. Y tiene recursos para ejercer presión.
Imágenes | Apple (1, 2) | Laurenz Heymann
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